Ya sabemos que para que se dé un adecuado proceso de aprendizaje, los docentes debemos crear espacios seguros y de confianza. El estudio de las neurociencias nos dice que al cerebro le gusta emocionarse, entonces generar emociones positivas como la alegría, el buen humor, donde se estimule la creatividad y la curiosidad nos garantizan buenos resultados en el aula.
Reír es una de las mejores formas de promover interacciones positivas, no solo en el trabajo con los estudiantes, sino también en la familia.
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1. Ayuda a al sistema respiratorio, ya que mejora la oxigenación en la sangre, hace que el cerebro funcione óptimamente.
2. Nos permite dormir plácidamente y combate el insomnio. El sueño permite la consolidación de la memoria y se fijen los aprendizajes.
3. Regulariza el pulso cardiaco ya que disminuye la presión arterial, libera lipoproteínas reduciendo los niveles del colesterol.
4. Fortalece el sistema inmunológico, aumentando las endorfinas que son los neuroquímicos responsables de sensación de bienestar y placer. La ausencia de endorfina nos puede conducir a estados depresivos o de desequilibrio emocional.
5. Ayuda al aparato digestivo
6. Relaja los músculos tensos y reduce la producción de las hormonas del estrés.
7. Refuerza los vínculos entre las personas: de pareja, amistad y de grupos.
8. Contribuye a integrarnos socialmente, fomentando la generosidad y el trabajo en equipo.
Charles Chaplin: “No hay día más perdido que aquel en que no nos hemos reído”
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